Noche 7. 

Lo extraño. Aún no entiendo en qué momento se marchó. 

Tal vez fue aquél miércoles en la noche, mientras me miraba y me decía que me quería. O unas horas antes, mientras entre besos y caricias me repetía una y otra vez «eres mía, y así quiero que sea siempre. Solo mía»

Aunque puedo estar equivocada, ¿acaso fue aquella tarde que me llamaste ‘amor’? ¿O fue el día que me dijiste que por favor nos quedáramos así, un poquito más y nos volvimos abrazos? 

No… tuvo que ser un momento menos programado. De esos que son descuidos que lo cuestan todo.

¿O fue la tarde en que nos encontramos por casualidad? Seguro. Sí, seguro fue ese día. Las casualidades tienen esa horrible tendencia a joder.

¿Quién lo diría? La casualidad de encontrarte, fue la misma que me alejó de ti.  

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